Las donaciones efectuadas por parte del socio de una empresa de 65 años de edad y próximo a la jubilación, que cumpla una serie de requisitos,  tiene importantes ventajas fiscales. Los familiares que reciben la donación pueden aplicar una reducción del 95% en el Impuesto sobre Donaciones y, además, el donante no debe tributar en su IRPF por el aumento de valor que hayan experimentado las participaciones desde que fueron adquiridas.