El Consejo de Ministros ha aprobado un Real Decreto sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores frente los riesgos relacionados con la exposición a campos electromagnéticos. La norma supone la incorporación al Derecho español de la Directiva Comunitaria del 26 de junio de 2013 relativa a la exposición de los trabajadores a los riesgos derivados de estos agentes físicos de manera que se eliminen o reduzcan al nivel más bajo posible. Todos los Estados miembros de la UE deben implementar esta Directiva en sus leyes nacionales antes del 1 de julio de 2016.

Este Real Decreto es aplicable en diversos sectores y actividades, con lo que se mejoran las condiciones de seguridad y salud de los trabajadores relativos a su exposición a los campos electromagnéticos. Entre las principales novedades, la norma señala los valores límite de exposición, al tiempo que establece la obligación del empresario de elaborar y aplicar un plan de acción que incluya medidas técnicas y organizativas que impidan que se superen esos valores.

También recoge derechos básicos de los trabajadores en materia preventiva, como son la formación e información, la vigilancia de la salud o el derecho a ser consultados y a participar en los aspectos relacionados con la prevención, así como el régimen sancionador por incumplimiento.

En el ámbito laboral, son muchos los trabajadores que suman cada día, a su exposición habitual, una adicional, esta vez sí, a campos magnéticos de una intensidad mayor al tener contacto con grandes motores eléctricos, transformadores, líneas de alta tensión, generadores, cables eléctricos de un edificio, sierras mecánicas, etc. Es el caso de electricistas, soldadores, maquinistas, trabajadores de líneas eléctricas e incluso, aunque en menor medida, también oficinistas rodeados ordenadores.

Con esta norma se completa la regulación sobre las disposiciones mínimas de salud y seguridad relativas a la exposición de los trabajadores a los riesgos derivados de agentes físicos. Además, se trata de la última normativa, puesto que el resto de los agentes físicos (ruido, vibraciones y radiaciones ópticas) ya cuentan con regulaciones específicas.